Está claro, tener un blog se ha convertido en una especie de plaga contagiosa que, en vez de lanzarnos hacia el hallazgo de una cura milagrosa, acapara el interés de un cierto sector marginado de la sociedad que necesita desesperadamente llenar los vacíos de su vida mediante comentarios pedorros y, por ésta razón, se somete a una búsqueda constante de regocijo bajo una palabra de encomio con la cual levantar su pésima autoestima. O, por lo menos, es lo que la mayoría de la gilada busca encontrar a cambio de su cíclica y enfermiza rutina frente a la computadora, donde dejar comentarios que favorecen y demuestran su ineficiencia mental parece ser lo único más importante.
Pero hay personas, en cambio, que deben maravillar al mundo con su esplendorosa dosis de creatividad, ya que sería deshonesto de nuestra parte (léase con voz pedante) no ofrecerles participación, ante nuestra decisión de darle riendas sueltas a la imaginación, a la afluencia masiva de lectores. Aunque por acá no pase ni dios. Así que, luego de meditarlo con mi almohada (sí, tengo una almohada parlanchina, ¿ponemos un circo a medias?), he decidido crear un blog donde escupir la maldita realidad que ven mis ojos. Una realidad que no es la misma que la tuya, claro. Porque escribiré sobre lo que se me cante y lo diré de la manera en que lo quiera, evitando ser una puta enciclopedia, por los que no serán datos totalmente confiables.
Y de todas formas, no se quejen, que teniendo en cuenta la escasez humorística en la que la intolerante sociedad está basada iré publicando algunas notas de interés general para hacer más ameno el progreso de éste lugar. Y para que algún que otro atrofiado mental pueda comentar a gusto y libertad su respuesta ante lo acá exhibido. Sin embargo, no me hago responsable si a un pelotudo con intentos fracasados de hacerse el malo tras una identidad falsa le cae mal el contenido de mi página. A menos que tengan un buen motivo para descalificar el artículo publicado y no carezcan de argumentos apropiados, no escriban.
Bueno, que no se hable más, llegó el momento de dar comienzo al blog.
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